En mi blog tengo diferentes apartados como son: salud general, tratamientos, estudios y enfermedades.
Con mi vuelta al curro inauguro un nuevo apartado, “Desde mi experiencia”.
En esta parte quiero compartir pequeñas partes de mi vida que tienen que ver con mi profesión y con la salud. Pienso que debido a mi experiencia profesional y personal pueden ser de ayuda para vosotros.
Comienzo, como dice en el título, con la vuelta al curro.
Después de un mes y medio de baja de embarazo, el parto y dos meses de postparto he empezado a trabajar poco a poco. Este momento la verdad que me agobiaba desde que me quedé embarazada puesto que con el primer hijo no pudo ser como a mi me hubiese gustado debido a circunstancias de causa mayor.
He pensado empezar poco a poco según vea las necesidades de, sobre todo, el segundo hijo y mías.
En el segundo hijo, después de una semana hospitalizados por bronquiolitis, ha hecho que se retrase un poco esta incorporación. El tema de la lactancia, cómo van las tomas a lo largo del día, me ayuda a ver si puedo ir separándome más o menos horas de él para no dejar de cubrir su necesidad.
En mí, es cierto, que después de tanto tiempo cuesta coger un ritmo. Pero pienso que no es bueno empezar de repente: mental, física y emocionalmente tengo que recuperarme.
Para poder trabajar en mi trabajo, que consiste en ayudar a los demás, primero tengo que estar yo bien. Si yo no me encuentro bien, poco bien puedo hacer al paciente.
– Físicamente, el día a día va pesando cuando las noches son interrumpidas, sobre todo cuando no se consiguen hacer dos ciclos de sueño. Un ciclo de sueño suelen durar entre 2.30 a 3h. Hasta ahora creo q no ha habido ninguna noche que lo cumpla, por eso necesito dormir durante el día aunque sean pequeños intervalos.
– Mentalmente, la verdad que tengo ganas de trabajar porque me gusta mi trabajo y porque me ayuda a distraerme después de todo el día ejerciendo de madre. Pero se que si empiezo de repente me voy a agobiar con todas las responsabilidades. Por eso pienso que es mejor hacer pocas horas y quedarme con la miel en los labios.
– Emocionalmente, la verdad que el apego de un niño a su madre y viceversa es muy fuerte durante los 2-3 primeros años de vida. Creo que es porque el niño necesita a su madre y si no hubiese este sentimiento, la madre eludiría más fácilmente su responsabilidad. También, la llegada de un hijo cambia la rutina del núcleo familiar y toda la familia debe adaptarse a un nuevo ritmo de vida.
Todo esto debe llevar un proceso paulatino y viendo día a día las necesidades de hijos, padres y abuelos para que esta vuelta a la normalidad sea lo más fácil posible para todos.
En próximos post hablaré sobre mi experiencia a cerca de la bronquiolitis y también de los dos partos… Hasta pronto!