Cuando vamos al gimnasio o realizamos cualquier práctica
deportiva, incluso ejercicios que nos ha mandado el médico para cuidar nuestra
espalda o recuperarnos del parto, nuestro objetivo es ponernos en forma lo
antes posible. Hacemos los típicos ejercicios que conocemos, aquellos que realizábamos
en el colegio o jugando a fútbol. Éramos pequeños y nuestro organismo tenía una
gran capacidad de adaptación. Pero ahora, echados en los 30, ¿qué nos pasa?…
ups un tirón, o… no consigo mejorar mi marca y, al atascarme, ¡abandono!
La mayor parte de personas que realizan una actividad
deportiva, en el fondo lo que están buscando es encontrarse mejor, es tener
mejor SALUD.
Mi lema: “El movimiento es vida”
¿Por qué no lo conseguimos?
En primer lugar, hay personas que al no estar bien de salud,
por ejemplo un dolor en la espalda, se ponen a hacer deporte y como no se lo
han tratado nunca mejorarán.
Por otro lado, están los/as que inician una actividad
deportiva sin estar preparados, llevándoles a sobrecargar el cuerpo y lesionarse,
no tanto muscularmente, sino también emocionalmente, terminando por dejar dicha
actividad.
Y, por último, mientras están haciendo deporte, no son
conscientes de la biomecánica (este concepto lo explicaré más adelante) del
cuerpo en dicha actividad, lo cual sobresolicita músculos que no les toca con
la consiguiente sobrecarga muscular.
Entonces, ¿qué tengo que hacer?
Lo primero, para hacer una actividad física o deportiva hay
que estar bien de salud, o por lo menos haber comenzado a buscar una solución
con un profesional de la salud y empezar a ver resultados. Si aún no te
encuentras bien, es que no es el momento.
Un segundo factor clave es preparar al organismo para dicha
actividad. Antes de una actividad deportiva se necesita una actividad física
que lo prepare.
Para la mayoría de los objetivos suele ser aconsejable tener
una buena base de conciencia postural y un buen tono de los músculos profundos
del abdomen, no de la tableta de chocolate. Esto se consigue haciendo unos
buenos ejercicios abdominales como son un pilates terapéutico bien dirigido y
los hipopresivos. Hoy vamos a hablar de estos últimos.
¿En qué consisten?
Dentro del mundo deportivo como Reprocessing Soft Fitness
(RSF) y en el sanitario como Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH) son
ejercicios abdominales que tienen muchas más ventajas que los típicos abdominales
que todos conocemos, como más adelante explico.
¿Cómo empezó?
Desde 1987 hay estudios de Caufriez M en los que ya demostraba
la eficacia de sus tratamientos para el suelo pélvico, en concreto con la
electroestimulación para la incontinencia urinaria. Sus estudios siguen
evolucionando. En 2011 hay uno en el que explica los resultados del tratamiento
con hipopresivos de escoliosis idiopáticas en niños de 8 a 15 años. Se
apreciaba cómo era posible controlar la progresión así como mejorar la
estabilidad y la función respiratoria.
Pinsach P, licenciado en deporte, ha aprendido la técnica de
hipopresiva de Caufriez y la ha llevado al mundo deportivo. Él ha hecho una
investigación en la universidad de Santiago y Vigo con mujeres entre 25 y 60
años en la que demuestra que a demás de prevenir las pérdidas de orina, reduce
el perímetro de la cintura. Para
conseguirlo dice que se deben hacer los ejercicios durante 3 meses, 3
veces a la semana durante 20 minutos.
¿Por qué estos ejercicios si van a cumplir mi objetivo?
Porque la base biomecánica es lo que nuestro organismo
necesita para mantenerse erguido.
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Al hacer los ejercicios normales estamos
aumentando la presión abdominal y perineal lo que en el fondo distiende el tono
muscular de los abdominales. Esto hace que la biomecánica del cuerpo cambie
dando más problemas de espalda y más dificultad para estar de pie. En cambio,
con los hipopresivos llevamos a cabo un trabajo abdominal aguantando la
respiración después de haber echado el aire (apnea espiratoria) y contrayendo
el suelo pélvico que es el que ayuda a que las vísceras no caigan y se
mantengan en su sitio.
–
Normalmente hacemos los ejercicios buscando
nuestro tope y esto provoca alteraciones en la postura que nos lesionan. Con
estos ejercicios hipopresivos se adquiere un control postural permitiéndonos
conocer mejor nuestro cuerpo para saber cuándo estamos llegando a este tope sin
forzar en exceso.
En conclusión, si vas a hacer cualquier inicio de actividad
deportiva este curso, o vas a retomar tu pretemporada ten en cuenta todo esto
para que puedas mejorar tu salud.
1.
Empieza a resolver en primer lugar cualquier
problema que tengas de salud con un profesional.
2.
Haz hipopresivos para mejorar tu tono abdominal y
tener una buena corrección postural, así se previenen la mayoría de lesiones.
¿Todos podemos hacer hipopresivos?
La forma general de hacer hipopresivos tiene ciertas
contraindicaciones y por ello a mí me gusta combinarlo con Pilates, ya que esa
apnea espiratoria puede complicar una hernia discal, de hiato, inguinal,… o
problemas con el sistema neurovegetativo como reacciones vagales.
Esto es importante tenerlo en cuenta y por ello también
desde mi punto de vista es una práctica que deberían impartirla en un inicio profesionales
de la salud.
Si queréis más información sobre los cursos de hipopresivos que imparto, la tenéis en este enlace de mi web.