El
momento del parto es muy importante y uno de los más duros de nuestra vida,
tanto que nuestra mente lo olvida para no recordar ese sufrimiento. Sin
embargo, pasar por ello es necesario para vivir. Este es un caso claro de que
todo el sufrimiento es para un bien.

El parto
es un diálogo entre madre e hijo y se produce cuando ambos están preparados.
Cada vez hay más modalidades de parto y si no fuese por tanta investigación,
seguiríamos como antiguamente, teniendo tantas tasas de mortalidad tanto en
madres como en bebes. Por eso la intervención médica es necesaria en muchas
ocasiones. Aunque para evitar ese sufrimiento, las madres buscamos alternativas,
que muchas veces no son necesarias, pensando que no tienen ningún riesgo. Cada
vez hay más investigación al respecto, por lo que en las siguientes líneas
quiero explicar mi perspectiva.

El parto
es un proceso natural que en ocasiones requiere intervención médica tales como
oxitocina, cesárea, episiotomía, uso de fórceps, ventosas, reanimación al bebé,
etc.

En el
bebé se pueden ver signos de sufrimiento durante dicho proceso mediante el
análisis de PH cefálico y en el momento del nacimiento por el ph del cordón
umbilical y los resultados del test de APGAR, donde se evalúan signos vitales
como la respiración, el color de la piel y el tono muscular. También es muy
importante la primera respiración del bebe, que indica una gran vitalidad en
caso de que sea vigorosa.

En los
estudios que he buscado (en breve los publicaré en un post), he intentado relacionar estas medidas médicas para
observar si hay relación entre el proceso del parto y el estado del bebe al
momento de nacer.

Con estos
estudios he visto que el utilizar anestesia epidural hace que sea más
necesario el uso de oxitocina, y, a
su vez, la utilización de oxitocina alarga la segunda etapa del parto, favorece
el uso de episiotomía o aumenta las tasas de parto por cesárea de urgencia.
También he observado como el uso de oxitocina se asocia con que el ph del cordón umbilical es más ácido, lo que indica más
sufrimiento fetal.

También
he visto cómo el uso de anestésicos
favorece bajos puntajes en el test de
APGAR
lo que también indica una menor vitalidad del recién nacido.

Por lo
tanto, todo lo que favorece un parto
natural
, considerándolo como aquél que no ha sido intervenido (epidural,
episiotomía, oxitocina, etc.) es lo mejor para el inicio de nuestras vidas.

En
síntesis por los estudios vistos, el parto si es natural va a favorecer:

– Al niño en un
mejor ph en el cordón umbilical, un mejor test de Apgar, evita el uso de
medicamentos que contrarrestan los efectos anestésicos y con ello la
reanimación del bebé.

– A la madre en un
proceso más corto, menos riesgo de cesárea e intervención médica, con ello
mejor recuperación postparto.

Para
ayudar en este proceso de parto natural hay múltiples terapias y técnicas,
donde lo más importante es la preparación tanto física como mental de la madre.
Hemos visto como el tratamiento
osteopático
durante el embarazo
ayuda al proceso del parto, y también que un parto en posición vertical (por lo tanto sin anestesia) reduce la
intervención médica.

Con
todo esto quiero concluir que se pueden hacer cosas para ayudar a la madre en
el dolor del parto y así colaborar en que el parto sea lo más natural posible
puesto que es lo mejor tanto para madre y para niño.

Haciendo clic en este vídeo, podréis ver una pequeña explicación.