Lo he elegido
porque el movimiento es indispensable para la vida: el que no se mueve, se
atrofia y se muere. Dentro del organismo sucede lo mismo, la movilidad y
función de un sistema (circulatorio, respiratorio, digestivo, nervioso,
musculoesquelético….) depende de que las estructuras que lo componen se muevan
bien.

Por ejemplo, el
que la rodilla esté bien es porque los huesos que la componen, sus meniscos,
los ligamentos, están todos bien. Pero si por el contrario hay una estructura
que falla y comienza el dolor, al final el cuerpo busca compensar ese dolor e
incluso se carga la espalda por el problema de la rodilla. Como este ejemplo
hay muchos, hay incluso estudios, como el de mi profesor y director de
Osteopatía D. Pepe Soler Ródenas, en el que relaciona un esguince con
dificultades de visión.

A esta falta de
movimiento en una estructura le llamamos bloqueo
o disfunción
porque normalmente no llega a ser una lesión. Para compensar
esta disfunción el cuerpo tiene muchos mecanismos de adaptación, pero llega un
momento en que estos mecanismo comienzan a fallar y las disfunciones pueden
convertirse en lesión y el cuerpo
empieza a enfermar.

Por esto es
importante mantenernos en continuo movimiento, para que los bloqueos se puedan
resolver gracias a la inteligencia de nuestro propio cuerpo y nuestra voluntad,
a lo que en ocasiones pueden venirles bien un apoyo y prevención mediante tratamientos
de osteopatía
con los que trabajamos dichas disfunciones y mecanismo de
adaptación del organismo.